El 11 de diciembre de 2019, la Comisión Europea presento su tan esperado Acuerdo Verde Europeo (European Green Deal, en inglés) tan sólo 10 días después de asumir el cargo, describiéndolo como el momento del hombre en la luna de Europa, ya que éste será una de las políticas europeas definitorias en los próximos años.
No obstante, este Acuerdo que pretendía satisfacer las expectativas y necesidades de los ciudadanos europeos dadas las diversas movilizaciones que ha habido a escala mundial por la actual crisis climática y de biodiversidad está lejos de ser un documento perfecto. De hecho, es decepcionante ver que el Acuerdo Verde se define como una «estrategia de crecimiento» en su página de inicio, siendo que lo que verdaderamente necesitamos es una estrategia que establezca una sociedad en la que vivamos bien dentro de los límites del planeta.
Si bien el Acuerdo ha sido bien recibido por diversos grupos ambientales, reconocen que esto es solo el punto de partida para seguir trabajando, ya que el éxito final del Acuerdo dependerá del contenido de las estrategias más específicas que se prevé que salgan en los próximos meses, así como de nuevas leyes, políticas y presupuestos para lograrlo.
El Acuerdo Verde cubre una amplia gama de áreas, incluyendo alimentación y agricultura que dice lo siguiente:
De la «granja a la mesa»: diseñando una sistema alimentario saludable y sostenible
La alimentación en Europa es conocida por ser segura, nutritiva y de alta calidad. Ahora debería también convertirse en un estándar global para la sostenibilidad. Aunque la transición a más sistemas sostenibles ha comenzado, alimentar a una población mundial en rápido crecimiento sigue siendo un desafío con los patrones de producción actuales. La producción de alimentos todavía causa la contaminación de nuestro aire, agua y suelo, contribuye a la pérdida de biodiversidad y al cambio climático, consumiendo cantidades excesivas de recursos naturales, mientras que una parte importante de los alimentos se desperdicia. Al mismo tiempo, las dietas de baja calidad contribuyen a la obesidad y a enfermedades como el cáncer.
Hay nuevas oportunidades para todos los operadores en la cadena de valor de los alimentos. Nuevas tecnologías y descubrimientos científicos, combinados con una mayor conciencia pública y la demanda de alimentos sostenibles beneficiará a todos los interesados. La Comisión presentará la estrategia de la «granja a la mesa» en la primavera de 2020 y lanzara un amplio debate entre las partes interesadas cubriendo todas las etapas de la cadena alimentaria y allanando el camino para formular una política alimentaria sostenible.
Los agricultores y pescadores europeos son clave para gestionar la transición. La Estrategia de la «granja a la mesa» fortalecerá sus esfuerzos para enfrentar el cambio climático, proteger el medio ambiente y preservar la biodiversidad.
La política agraria común (PAC) y la política pesquera seguirán siendo herramientas clave para apoyar estos esfuerzos y garantizar una vida digna para agricultores, pescadores y sus familias. Las propuestas de la Comisión para la PAC 2021-2027 estipula que al menos el 40% del presupuesto general de la PAC y al menos el 30% del Fondo de Pesca Marítima contribuirá a la acción climática. La Comisión trabajará con el Parlamento Europeo y el Consejo para lograr este nivel de ambición en las propuestas.
Dado que el inicio de la revisión de la PAC probablemente se retrasará hasta principios de 2022, la Comisión trabajará con los Estados Miembros y las partes interesadas para garantizar que los planes estratégicos nacionales para la agricultura reflejen plenamente la ambición del Acuerdo Verde y la estrategia de la «granja a la mesa». La Comisión garantizará que estas estrategias y planes conduzcan a prácticas sostenibles, como agricultura de precisión, agricultura orgánica, agroecología, agroforestería y estándares más estrictos de bienestar animal.
Al cambiar el foco desde el cumplimiento hasta el desempeño, medidas como los esquemas ecológicos deberían recompensar a los agricultores para mejorar el rendimiento ambiental y climático, incluida la gestión y el almacenamiento de carbono en el suelo y un mejor manejo de nutrientes para mejorar la calidad del agua y reducir emisiones. La Comisión trabajará con los Estados miembros para desarrollar el potencial de la pesca sostenible como fuente de alimentos bajos en carbono.
Los planes estratégicos deberán reflejar un mayor nivel de ambición para reducir significativamente el uso y riesgo de pesticidas químicos, así como el uso de fertilizantes y antibióticos. La Comisión identificará las medidas, incluidas las legislativas, necesarias para lograr estas reducciones basadas en un diálogo con las partes interesadas.
La agricultura ecológica también tendrá que aumentar en Europa. La UE necesita desarrollar formas innovadoras de proteger las cosechas de plagas y enfermedades y considerar el potencial de nuevas técnicas innovadoras para mejorar la sostenibilidad del sistema alimentario.
La estrategia de la «granja a la mesa» también contribuirá a lograr una economía circular. Eso tendrá como objetivo reducir el impacto ambiental de los sectores de procesamiento de alimentos y venta minorista, tomando medidas sobre transporte, almacenamiento, envasado y desperdicio de alimentos. Esto incluirá acciones para combatir el fraude alimentario, incluido el fortalecimiento de la aplicación y la capacidad de investigación en la UE, y poner en marcha un proceso para identificar nuevos alimentos innovadores y piensos.
Por último, la estrategia de la «granja a la mesa» se esforzará por estimular el consumo sostenible de alimentos y promover alimentos saludables y asequibles para todos. Alimentos importados que no cumplan con las normas medioambientales pertinentes de la UE no estarán permitidos en los mercados de la UE. La Comisión propondrá acciones para ayudar a los consumidores a elegir dietas saludables y sostenibles y reducir el desperdicio alimentario. La Comisión explorará nuevas formas de ofrecer mejor información alimentaria a los consumidores, incluso por medios digitales, sobre detalles de dónde proviene la comida, su valor nutricional y su huella ambiental. La estrategia de la «granja a la mesa» también incluye propuestas para mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor.
Como hemos comentado en otras ocasiones, la PAC ha sido criticada por diversos grupos de la sociedad civil, incluida Mensa Cívica, por dañar la naturaleza que necesitamos para producir nuestros alimentos y por no proporcionar medios de vida dignos para los agricultores.
Por ello, pensamos que esta estrategia de la «granja a la mesa», que será presentada en la primavera de 2020, no tendrá sentido si la PAC no se reforma y no se adopta un enfoque sistemático y holístico con compromisos firmes. Con eso queremos decir que la estrategia debería revisión las políticas agrícolas, comerciales y alimentarias de la UE, y colocar la protección de la salud, el medio ambiente y el clima en el centro de la mesa.
La estrategia de la «granja a la mesa» es sin duda una oportunidad de transformar nuestro sistema alimentario para una Europa verdaderamente sostenible, pues el coste de la la inacción sería demasiado alto.
Al hilo de esto, más de 30 organizaciones y grupos de agricultores a nivel europeo ya han hecho un llamamiento a la UE para elevar la ambición del Acuerdo Verde y destacar las prioridades y acciones que la estrategia de la «granja a la mesa» debería tener para proporcionar una respuesta coherente a las preocupaciones sociales sobre la biodiversidad, el cambio climático, la salud y los ingresos de todos los trabajadores de la cadena alimentaria, la equidad social y el bienestar animal. Para leer la carta (en inglés), pincha aquí.
Hay muchos otros aspectos de este Acuerdo Verde que podríamos destacar, pero como decíamos esto es solo el principio y el debate está servido.
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